viernes, 1 de enero de 2010

Out of time man

Sus manos se dezplazaban habilmente sobre el teclado, sonreia suavemente y hundia sus ojos marrones en el monitor de la computadora. Yo solo tenia ojos para ella, que simulaba no percatarse de mi presencia en la habitación. La media luz del atardecer entrando a tajadas por la persiana americana iluminaba su rostro y los rayos cegaban su mirada. Afuera en el estacionamiento del motel todavia se escuchaban los gritos y las risas.

Yo solo queria que ella me mire, aunque sea por un instante, por una fraccion de segundo, tan solo para refrescar mi alma en sus pupilas. De golpe el tiempo se detiene. Todo queda paralizado en su ultima posición. No puedo avanzar en el tiempo. Espero, sigo pensando, como si los segundos no pasaran, todo es solo un pensamiento atemporal. Ella no se percata de mi porque el tiempo no existe, solo el espacio es lo que queda. Y como todo el mundo sabe, solo los segundos pueden dominar la inmensidad del espacio y contenerlo dentro de si mismo.

Ahora estamos perdidos, ya ni siquiera para toda la eternidad (eso seria un lujo, despues de todo la eternidad es una medida temporal), sin tiempo, la tirania del espacio se impone sobre nosotros, y ella seguirá sonriendo, con sus ojos marrones mirando al monitor, sus manos sobre el teclado, y yo, un ser cuya existencia se reduce a la nada mientras ella me ignore (obviamente, 'mientras' es una forma de decir).